lunes, 8 de abril de 2019

Cuento(Ariana)

Érase una vez este chico que estudiaba medicina, Demetrio fue enviado a un lugar alejado  en lo alto de las montañas. Estaba muy emocionado de poder ayudar a la gente, pero al llegar se encontró mayormente desconfianza. Lo veían tan joven, que les parecía inexperto

Solo algunasde personas lo vio con buenos ojos, y lo recibieron de la mejor forma posible, ya que llevaban meses sin un doctor en el pueblo. 

Queriendo o no, finalmente todas las personas tuvieron que aceptarlo, porque no tenían nadie mas a quien recurrir, y se le veía ir y venir a pie a altas horas de la noche, para atender a algún enfermo en su propia casa. Había siempre alguien que lo acompañara, aunque el pueblo era pequeño nadie quería que se perdiera.
Una madrugada, escuchó el ladrar de los perros, y fue a ver de qué se trataba. Distinguió alejándose una figura femenina, y encontró en el suelo un rastro de sangre. le rogaba que se detuviera, ofreciendo ayudarla, sin embargo la mujer parecía ida, solo caminaba hacia el frente con la cabeza agachada.
Los rígidos y lentos movimientos con los que se desplazaba, hicieron pensar al joven que se encontraba muy mal herida, así que corrió 
No fue tan fácil llegar hasta ella, realmente se movía mas rápido de lo que parecía. Pero al estar cerca, sus ropas rasgadas y cabellera alborotada, pusieron más nervioso al chico pensando que algo muy malo le había pasado. Tocó su espalda; en ese momento ella se dio vuelta, haciendo un lastimero grito de dolor en la cara del joven que lo obligó a salir corriendo. el pueblo perdía otro de sus doctores, todo por guardar en secreto las apariciones de la mujer de la noche a la que ellos están muy acostumbrados, pero no así los citadinos, que hace mucho olvidaron que cosas como estas existen.

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